“EL BUQUE Y EL FARO”

se cuenta por ahí que una vez surcaba los mares un poderoso barco; en una ocasión, que en su navegación se encontraba una pálida luz, a la cual se acercaba con sus motores a toda maquina, de inmediato, el capitán del enorme navío envió señales luminosas para indicarle al intruso que se apartara de su camino, de lo contrario, terminaría por arrollarlo. Como respuesta, aquel reflejo que se miraba poco a poco más cercano, le contesta en los códigos marítimos que por el contrario, seria el trasatlántico el que debía de esquivarlo.Entonces aquella plataforma flotante que se creía el rey de los siete mares, insiste con sus señales y haciendo sonar sus potentes bocinas, indicando se hiciera al lado de su camino.Advirtiendo el colapso inminente, la más clara lucecita le ordena que vire con premura, pues estaba frente al faro que tanto a él cómo a los otros navíos les servia de guía.El relato viene a colación porque a partir del próximo primero d enero, iniciara lo que esperamos sea una exitosa gestión; y lo digo en serio, y lo digo bien, puesto que si el hoy presidente electo, quienes fungirán como integrantes del Ayuntamiento y tanto funcionarios como los futuros servidores públicos, hacen un buen trabajo, con toda seguridad el pueblo les estará profundamente agradecido y se dirá entonces: Yurécuaro tuvo la mejor administración publica de los últimos tiempos, y aun mas, la historia municipal les tendrá reservado un espacio de mayor jerarquía al privilegio que ostentan de servir a la ciudadanía, ¡ah, y por favor! No actúen como poderosos trasatlánticos, porque pueden terminar como simples “barcos” a la deriva, sin rumo fijo, y que al final arriben a tierra firme sin saber ni como, ni a donde se llego, es preferible que miren con toda atención las señales que de manera permanente les estará enviando el pueblo.