VIENTOS DE CAMBIO EN CONCIERTO

domingo, 8 de febrero de 2009

No cabe duda: “Recordar es vivir”.

ESCOLTA DE LA SECUNDARIA JUSTO SIERRA.Izquierda a derecha: Juan Mandujado, Roberto Becerra (Abanderado) Anastasio Bustos y Tomás Baeza (atrás) Sergio Lee y Jesús González (1964)
Alumnos de la Secundaria Justo Sierra con el entonces Maestro José (”Don Pepe”) Gonzalez Flores

El 24 de octubre día de las Naciones Unidas Alumnos de la Secundaria Justo Sierra caracterizando a los Estados Unidos.Abanderada: Leticia Rizo Carrillo.


No cabe duda: “Recordar es vivir”.Pareciera que fue ayer, en 1964 un grupo menor a 40 alumnos iniciábamos nuestros estudios de nivel medio en la Escuela Secundaria “Maestro Justo Sierra”.

Ese mismo año, habían concluido sus estudios secundarios los integrantes de la primera generación; esto es, la 62-64. Precisamente en 1962 y gracias a la visión de un pequeño grupo de maestros, encabezados por el entonces Inspector Escolar de la Zona, el Profesor Tapia Rangel y entre quienes se encontraban profesoras de primaria como Elisita Salazar, Aída Gil Salazar y los profesores Guadalupe Fuentes Ramírez, Ignacio Bedolla, Adán Estrada y Plutarco Martínez; así como Jorge Echegollen propietario de una farmacia y Francisco Solorio quien tenía cualidades para el dibujo, así como José (Don Pepe entonces) González Flores, QEPD Pbro. José González Flores.

Iniciaron los trabajos y la docencia del plantel en las instalaciones de lo que hoy es la escuela primaria Emiliano Zapata en la colonia 1 de Mayo (“El Acha”). Hasta entonces, realizar estudios de Secundaria resultaba sumamente difícil para los alumnos que lograban concluir la primaria; para las mujeres de entonces ¡Que esperanzas! Las costumbres que prevalecían en nuestra sociedad y la mentalidad de los padres de familia les rezaban el camino para realizar estudios fuera de la población.Para entonces en la secundaria Rafael Reyes de la Piedad, cursaban sus estudios 25 alumnos de Yurécuaro, rodeados de limitaciones de todo tipo y enfrentados a la adversidad de tener que ir y venir a diario, con el trasporte de la época y con un camino de terracería.

Hoy en día, decir: “Voy a la Piedad” suena fácil, recorrer 36 km. En 25 minutos, también; pero en aquellos años, sobre todo en los meses de la temporada de lluvias, resultaba toda una proeza. Los alumnos de entonces, no sabían si llegarían en el mejor de los casos a tiempo a sus clases y las mas de las veces se quedaban en le camino con los camiones y “autobuses” atascados en el lodo y el fango infinidad de ocasiones, la angustia de los padres resultaba mayor, los hijos no regresaban o llegaban de la escuela entrada la noche o de madrugada, con el calzado y ropas totalmente impregnados de lodo y mojados.Muy pocos, cuyos padres contaban con recursos enviaban a estudiar a sus hijos a la Barca, Zamora o Guadalajara, pero eran los menos.

De ahí que la iniciativa de impulsar la creación de una escuela secundaria en nuestra población, recibió el beneplácito de autoridades, padres de familia y la sociedad en su conjunto.Por favor: no quiero dejar en el ánimo del lector la idea de que “todo tiempo pasado fue mejor” ¡de ninguna manera! Pero algo sucedía entonces en nuestra población que permitió amalgamar la vocación por la enseñanza y la pasión con que nos impartían las clases los maestros; el ferviente propósito de nuestros padres por legarnos al menos un poco más de “Escuela”; el altruismo de notables bienhechores de la época y el apoyo de las autoridades, que nos impulsó a seguir adelante con los estudios, logrando así y pese a la adversidad, estudiantes destacados y brillantes profesionistas en diversas disciplinas del conocimiento.

Por ello, y a todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento por contribuir a la formación de mujeres y hombres de provecho; me expreso en plural, porque estoy seguro que mis compañeros de entonces y de ahora de la escuela secundaria Justo Sierra, pensarán seguramente igual que su servidor.

Pero… ¡Que sucede hoy en Yurécuaro a casi 50 años de la fundación de la escuela Secundaria, de cuyas aulas han egresado generaciones de jóvenes talentosos y exitosos profesionistas que mas bien son reconocidos y aprovechados en otros lugares, inclusive allende de nuestras fronteras!Lamentablemente, también, en el camino y por diversas razones vemos a esos jóvenes truncar sus estudios, de frente a la frustración por carecer de fuentes de trabajo dignas y remuneradas.
¡A donde están aquellos personajes visionarios, distinguidos y comprometidos con nuestra gente!¡Que sucede en el seno de esta sociedad tan indiferente, complaciente y permisiva de cara a los jinetes apocalípticos de las adicciones, los excesos, la falta de oportunidades, el bienestar, el respeto al derecho de los demás, la carencia de valores, etc, etc!.
Estas y otras cuestiones forman parte de la agenda, de la tarea que en Conjunto debemos resolver sociedad y gobierno.El proyecto se llama Yurécuaro y resulta de mayor importancia su discusión, su resolución; tal y como en su tiempo se atendió la creación de la secundaria.Esta obra no será resuelta como algunos piensan con toneladas de cemento, sino con acciones que calen en lo más profundo de nuestra sociedad, mirando siempre un mejor futuro para todos.Enhorabuena a la comunidad educativa de la Escuela Secundaria Maestro Justo Sierra.Felicidades por esos 47 años de fructífera labor a favor de la educación en Yurécuaro.

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